miércoles, 13 de julio de 2011

E il naufragar m'è dolce in questo mare

Recuerdo haber estado hace casi un año a la orilla de un imponente río cuyo caudal se desplazaba perezosamente hacia la lejanía. Terminaba el día y el sol comenzaba a ocultarse tras unas suaves colinas que asomaban al frente. Un delicado velo de tonos dorados cubría la superficie, acompañando con sus movimientos a los pasos de la brisa. En ocasiones, ambas se enredaban, formando minúsculos remolinos o salpicándose mutuamente. En esa ruptura –pensé- está la belleza.

Por una lógica asociación de ideas, identifique en aquél momento a ese río con otro que era el protagonista del libro que me acompañaba: una apasionada historia del Blues, llena de vivencias y sonidos remotos. Pero aquél día, frente al Loira, me parecieron menos lejanos de lo que se pudiera esperar. Era, indudablemente, el estar en su lectura lo que me llevaba a perder mis pensamientos en estas afinidades.

Pasado casi un año, todavía guardo en la memoria ese momento tan confortable. Y pienso, ahora que voy a cerrar este cuaderno, en que, en cierta medida, no debe ser el desaliento lo que lo justifique. Gracias a todo lo que en él he contado podré regresar, revivir e incluso reinterpretar aquello que, en algún momento, tuvo algún valor para mí.


15 comentarios:

Freia dijo...

Mi querido Charles,

No quiero dar crédito a parte de lo que leo.

Cada cual suele tener muy claro por qué actúa de una forma y no de otra. Quiero creer que el mucho trabajo y los ilusionantes proyectos le tienen acaparado. Pero otras veces ha colocado Vd. una nube o una puerta entreabierta de espera.

Es muy hermoso y "evocador" el título y más hermosa aún la descripción de ese momento tan personal. Yo que también descubrí la belleza y la serenidad de ese río me he sentido identificada con sensaciones parecidas. Pero tras de ellos, la sombra del final de la bitácora me ha recordado unas palabras que en su momento no quise escuchar.

¿De verdad cree que Tornavientos ha terminado su periplo? ¿Sabe Vd. que nos deja desamparados y con desconsuelo?

Un abrazo chantajeador para que deje Vd. de muevo la puerta entreabierta

Anónimo dijo...

Espero que como en otras ocasiones el cierre de un cuaderno se siga del estreno de otro (y de alguna pista para encontrarlo).

Ha sido un placer leer y escribir por aquí.

Muchas gracias.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Vaya, me llega en un día duro, y está es más triste firma al pésimo día. La delicada escena que describes quiero ponerla en el horizonte esperanzador.

Esperaré un nuevo cuaderno. Tome el tiempo que tome. Sería demasiado triste concebir un abandono definitivo, el adiós a las letras que tanto me dieron.

Un abrazo, Pedro.

Charles de Batz dijo...

Queridos amigos, lo primero disculpad por el retraso con el que os respondo, pero como dice Freia, los ilusionantes proyectos en los que ando metido me ocupan más tiempo del que quisiera.

Cierro Tornavientos porque aunque necesito replantearme en un futuro si sigo en esto de los blogs o no, lo que tengo claro es que si lo hago, será intentando reinventar de nuevo mi presencia en la blogsfera.

Creo que fue a mi apreciado amigo Gothemala -siento que recibieras la noticia en un mal día, amigo-, al que le dije que veo todo esto muy diferente a como era antes y, en cierta medida, no encuentro mucho de lo que antes abundaba. Es difícil de explicar y con las pocas horas de sueño que arrastro desde hace días más.

Por supuesto que como dice mi prolífico amigo Salamandra, dejaré alguna pista si vuelvo y procuraré visitaros todo lo que me sea posible.

Gracias a vosotros por estar ahí.

Salud

Antonia Romero dijo...

Me produce una gran tristeza esta despedida, aunque ya la he vivido antes y espero que pueda vivirla muchas veces más.

Te echaré de menos amigo D'Artagnan.

Un fuerte abrazo

Charles de Batz dijo...

Muchas gracias por tus palabras, Antonia.Seguiré visitando vuestros cuadernos, aunque muchas veces lo haga en silencio, pues por nada del mundo querría dejar de seguir a los tantísimos y admirados amigos que he hecho por aquí.

Salud

Leodegundia dijo...

Regreso de vacaciones y me encuentro con que piensas cerrar la puerta de esta casa en la que tenemos pasado tan buenos momentos y lo haces con un recuerdo de un momento muy bello de la contemplación de un río.

Si decides volver en este blog o en otro nuevo espero que me avises pues lo que escribes es siempre interesante y ameno.

Un abrazo y suerte en todo lo que emprendas.

Anónimo dijo...

No hay suave naufragio, por dulce que se sueñe.

Solo son jirones de niebla.

Y volverás.

La vida está en otra parte, Charles. Sí. De ahí mis largas ausencias.

Si publicas algo, háznoslo saber, para ir en busca de tus palabras.

Que el silencio no sea I n f i n i t o.

De corazón.
Migratoria

Charles de Batz dijo...

Querida Migratoria, como siempre apareces de manera inesperada. Felizmente en todo caso, pues es la confirmación de que todos nosotros seguimos por aquí...
Creo que tengo por ahí un correo donde en cuanto tenga un poco de tiempo libre te diré donde puedes encontrar mi nuevo nido para que te pases -siempre será motivo dealegría para mí-, cuando las estaciones te traigan por aquellas tierras.

Salud, querida amiga.

Vere dijo...

Querido Charles, ahora soy yo el que siente no haber acudido por tu casa con más frecuencia, los senderos a veces nos conducen lejos, pero siempre que vuelvo aquí, me encuentro como en casa.
Otras veces me ha afligido la posibilidad de no tener tus escritos, pero ahora siento que lo importante es haberte conocido y que por un lugar o por otro van a llegarme.
Este tiempo en que hemos compartido naufragios y amistades estará siempre con nosotros.
Un abrazo

Charles de Batz dijo...

Se os echa tanto de menos a los más queridos compañeros del pasado, que volver a saber de vosotros después de tanto tiempo produce una extraña y melancólica sensación. Siempre os reservo un lugar de preferencia en este y mis sucesivos cuadernos, esperando que, aunque sea de año en año, pueda saber de vosotros y de que todo va bien por allá.

Una verdadera alegría, querido amigo. Espero que tanto tú como el otro jardinero estéis bien. Aquí me tendréis siempre que querais o, mejor dicho, en el nuevo cuaderno que he abierto lejos de estas costas.

Un fuerte abrazo y salud, claro está.

Isabel Barceló Chico dijo...

Felicidades para Iago/Iaakov por su tercer cumpleaños. La vida, a través de los ojos infantiles (cuando la infancia es dulce) es maravillosa. Aprovechemos esos ojos para construir la dicha. Un abrazo muy fuerte.

Charles de Batz dijo...

Así es, querida amiga: maravillosa. Mañana inauguraremos una nueva experiencia: la primera visita con el pequeño a una cabalgata de reyes...

Salud

Hosting dijo...

Nada como una maravillosa sensación de recuerdos vividos.

Chela dijo...

Hay momentos, imágenes, colores, olores, sonidos, caricias... cuyas huellas permanecen grabadas en el alma y prendidas en el corazón, como un recuerdo imborrable. Son lo que yo llamo momentos mágicos, irrepetible, que representan un refugio a través de la memoria, cuando solamente ella puede aliviar alguna de las heridas que acechan el presente.
Gracias por visitarme en mi blog. He contestado en él tu comentario.
Un abrazo.

Geoclock


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