miércoles, 12 de agosto de 2009

Guía del observador de nubes

(Fotografía de Mike Rubin en la web de The Cloud Appreciation Society)

Esta mañana he visto por primera vez cómo te observabas la mano. Lo hacías como si fuera un descubrimiento, alzándola frente a tu cara mientras la mirabas con muchísima curiosidad: girabas la palma y movías lentamente los dedos, hasta detener este juego para quedarte con la mirada fijada en ella.

Pensé entonces en todo lo que te queda por descubrir y experimentar, y en que tu mirada, que ahora se dirigía a un punto tan próximo como la palma de tu mano, iría distanciándose cada vez más de ti mismo, hasta alcanzar destinos ahora desconocidos.

Supongo que en algún momento de tu peregrinaje por las cosas del mundo, darás con ese instante que su sola visión te conmoverá el alma, y también con el rostro que robará tu corazón. Tu mirada, que ahora ha encontrado esa mano que pudiera el día de mañana guiar maravillosas lecturas o sentir el tacto de la belleza, será la que abra la puerta a tus pensamientos, a todos tus sueños y esperanzas… Ya verás, sólo tienes que esperar.

Pasará que en ocasiones quieras disfrutar de aquello que está por encima de tu cabeza; de aquello que, por mejor decirlo, precisa detener el paso y guardar un poco de silencio, alzar la mirada y sentir la brisa celeste tonificando tu rostro. Entonces, es seguro que tu razón acompañe a lo que dice tu mirada:

Hamlet: ¿Ves aquella nube que tiene forma de camello?

Polonio: Sí, por el tamaño parece en efecto un camello.

Hamlet: Pues ahora me parece una comadreja.

Polonio: Sin duda tiene la forma de comadreja.

Hamlet: O quizá de ballena.

Polonio: Se parece mucho a una ballena.

Camellos, comadrejas, ballenas, aviones, o jinetes a caballo, como Mantegna en su San Sebastián; la cara de un hombre gordo o el trazo de una sonrisa… todo ello lo irás encontrando en el cielo. Y a medida que crezcas, descubrirás que sólo tú sabes qué es esa forma que flota lentamente proyectando una espesa sombra sobre el llano.

Quizá entiendas que cada uno puede encontrar en ello lo que quiera, o lo que pueda, y que lo que tú ves no es ni mejor ni peor: es parte de ti, como esa pequeña mano que descubrías esta mañana, mientras presenciábamos orgullosos cómo soltabas tus primeras amarras rumbo al futuro.


9 comentarios:

Golem dijo...

Disfruta de esa maravillosa experiencia. De cada día. Porque es algo irrepetible.

Un abrazo.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Tengo una sobrina de esa edad a la que acabo de visitar. Nació un par de meses antes de aquel 9 de enero que nunca olvidarás pero fue setemesina, es como si hubieran venido juntos. Es una mulatita adoptada, la perdición de toda la familia.

Es complicado no emocionarse viendo el sentimiento con el que está escrito. Qué entrada tan encantadora. Me lleva a ella, ¿habrá descubierto su mano?

En esta vida es una suerte tener unos padres que lo adentren por el camino de la emoción y la cultura.

Un abrazo compañero.

Charles de Batz dijo...

Gracias Fab: así lo estoy haciendo. MIrando a mi alrededor y viviendo experiencias como si volviera a ser primera vez. Como tu bien dices, es algo irrepetible.

Por cierto, que no olvido que queda pendiente mi visión de "Vida y Destino", estas vacaciones que para mí empiezan hoy, me permitirán avanzar a lo largo de sus centenares de hojas... Por cierto también, ya que eres persona de amplias y variadas lecturas, el título de esta anotación hace referencia al de un libro muy curioso sobre las nubes, una de mis muchas pasiones, que me ha regalado para estas vacaciones un buen amigo. Con lo que llevo leído, puedo decirte que es bastante interesante.

Eso si que es curioso, querido Goathemala, prácticamente podemos decir que tu sobrina y el pequeño Iago son de la misma edad, pertenecientes a una nueva generación a la que espera un futuro tan incierto como emocionante.

No me cabe ninguna duda: ha descubierto su mano, y ahora, poco a poco, está como estudiándola, averiguando como funciona, que hace, y en que manera puede servirse de ella. Lo que sentimos al verlo en ello, es algo muy difícil de explicar. Por eso anoté en su diario algo muy semejante a lo que aquí he transcrito.

Muchas gracias a los dos por el testimonio de vuestra visita.

Ahora nos pondremos a hacer las maletas, y si por aquellos lugares a los que vamos no tengo conexión, hasta la vuelta.

Salud

Vere dijo...

Felices vacaciones Charles, echaremos de menos esta sensación de ser algo mejores que siempre nos acompaña después de leerte.
Un abrazo y buen viaje a todos.

anarkasis dijo...

Rumbo al futuro, si señor.
Dentro de poco escucharas, como me dicen mis sobrina.
- Estásmayor.
y no sabrás que decirle, si -¡Gracias!,
O, empezar a maquinar como crucificarla en la pared, en un diario.
Antes o después tu hijo desentrañará el valor de esa nube de letras y lo bien trazados que estaban sus contornos como en los discutidísimos San sebastianes de Mantegna

Anónimo dijo...

Una alegría, esa ternura en la mano de vuestro Iago.
La eterna fascinación de unos felices padres. ¡Precioso!

Que vuestras vacaciones sean muy dichosas. ¿Camino de Santiago…? Será en breve. Estoy segura.

Un abrazo, Charles.
migratoria


«Il y a plusieurs durées dans votre vie. Il y a plusieurs eaux mélangées dans le temps. L’enfance fait comme un courant profond dans la rivière du jour.


On ne reste jamais au même endroit. On occupe le tout de la vie, de l’espace et du temps. On est comme partout à la fois, en proie à tout ce qui est. Par l’enfance vous retrouvez le jeu. Par le jeu vous réveillez l’éternel dans le berceau de l’air. Le temps est comme une plume dans la paume des enfants : légère et blanche, recroquevillée sur elle-même. Les enfants soufflent dans le creux de leurs mains, et vous regardez avec eux s’envoler le duvet de lumière —d’heure en heure, de page en page. Dans le service des enfants, tout aussi sûrement que dans la solitude, vous retrouvez la présence innombrable, l’émerveillement. L’émerveillement n’est pas l’oubli de la mort, mais la capacité de la contempler comme tout le reste, comme l’amer et le sombre : dans la brûlure d’une première fois, dans la fraîcheur d’une connaissance sans précédent.»

Christian Bobin
La part manquante

Isabel Barceló Chico dijo...

Es una gran felicidad poder seguir de cerca estos descubrimientos,esa exploración del mundo llena de misterios. Y lo maravilloso que es que no se pierda nunca la facultad de sorprenderse, de descubrirse, de descubrir.¿Te extrañará si te digo que te envidio? Aunque poco, porque voy a ser abuela. Un besazo.

Charles de Batz dijo...

Perdonad que os responda de manera apresurada:

Vere, estoy seguro de que somos muchos también los que echamos en falta yerba cortada y los setos bien adornados de vuestro jardín. Espero poder leeros pronto de nuevo.

Anarkasis, que sí que nos vamos haciendo mayores, con cachaba y todo, y como bien decías en anotaciones anteriores, parece que esto cada vez está más lleno de desapariciones blogeras.

Migratoria, una de alegría por saber de tí. Tomo nota del libro que citas, pues seguro que merece la pena leerlo. ¿El Camino de Santiago? ya lo acabamos hace tiempo, pero volveremos cuando el grumete de la casa pueda hacerlo en pequeñas etapas.

Dobles felicidades pues querida amiga, por el nieto o nieta que va a venir a llenaros de alegría, y por ese libro tuyo que pronto verá la luz.

Salud

Chela dijo...

Los descubrimientos de un niño en el aprendizaje de la vida, son hechos cotidianos, pero el amor y la delicadeza de un padre para describirlos tan bellamente ya no es tan corriente. Da gusto leerte y descubir el amor tan intenso que te invade al observar los avances de tu hijo.

Os deseo, a ti y a tu mujer,toda la felicidad posible en esta aventura de ser padres.Y gracias por irradiarla a los demás.

Con todo mi cariño.

Geoclock


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